martes, 17 de diciembre de 2013

PROYECTO ME INTERESA…

La opción de hacer qué mi blog tratase un tema en concreto, y que ese tema guardase relación con la asignatura, no me pareció, en absoluto, tarea fácil. Bueno pues he decidido que mi particular "me interesa" va a ir encaminado a publicar, durante éstas Navidades,  fragmentos de libros o películas que he ido viendo y leyendo en los últimos años, o simplemente frases o textos que me han llegado y me han llamado la atención y a relacionarlos con aspectos vistos en la asignatura o con momentos vividos en ella.

Pdt: voy a ser realmente pesada con fragmentos de libros de Jorge Bucay, creo que son a los que más partido puedo sacar, lo siento de antemano.

«(...) También nos educan diciéndonos que es con esfuerzo que se consiguen cosas y que, junto a esas cosas, llegará la felicidad. La verdad es que yo creo que eso es una gran mentira. Una mentira socialmente aceptada, universalmente determinada, pero una mentira al fin. Yo no creo para nada en el esfuerzo como camino para hacer algo. Digo, no creo que haya que esforzarse, sino que hay que dedicarse, que no es lo mismo. La dedicación a algo, la apuesta de todo lo que soy al servicio de un proyecto, no es un esfuerzo. Yo no creo en el esfuerzo, en el sentido de forzarme a hacer lo que no quiero hacer. No creo en los logros que se consiguen desde el esfuerzo. Sí creo en la elección de un camino, si creo en los rumbos que me fijo». Jorge Bucay 

Llevando el blog a este punto, al "me interesa", que aunque con retraso, hoy comienzo, porque hoy entiendo, creo que ya no me va a suponer un esfuerzo, ahora será una dedicación voluntaria.

lunes, 16 de diciembre de 2013

La responsabilidad en nuestros escritos...

Me encuentro releyendo uno de mis libros preferidos "Cartas para Claudia" de Jorge Bucay, autor por el que siento predilección y que creo que puede ayudarnos a comprender muchos de los valores vistos en la asignatura sobre todo con este libro que ya he nombrado y con "Déjame que te cuente" ambos libros son, bajo mi punto de vista, un deleite literario. Aquí dejo un pequeño fragmento que me encanta:

"Elijo y me hago responsable de lo que elijo.

¡Atención con lo que elijo! Esto implica que soy responsable de todo lo que hago y de todo lo que digo, que soy responsable de todo lo que dejo de hacer y de todo lo que me callo; y también implica que de lo único que no soy responsable es de lo que siento. (Sí, de lo que haga con lo que siento, pero no de lo que siento.) Porque esto que siento, no lo elijo yo, porque no hay nada que yo pueda hacer para sentir algo diferente de lo que siento"

Hoy todos hemos sido responsables de lo que hemos escrito en nuestra "autoevalución informal", los hemos habido más serios, menos serios, más coherentes y menos, pero todos responsables de nuestros escritos, así como, también, y para disgusto de muchos, de nuestros silencios.

Quiero cerrar con un frase de Bucay, que a mi ver, serviría de resumen para la experiencia de hoy:

"A veces, yo soy yo y mi lenguaje es mi disfraz"

domingo, 15 de diciembre de 2013

"EL ARTE DE PASAR DE TODO"


Aquí os dejo el fragmento de una película que acabo de ver y que realmente me ha gustado. Pienso que guarda mucha relación con muchos de los temas que hemos tratado en esta asignatura.
Aparecen dos ingredientes clave que vimos con más profundidad tras la lectura de "Mal de Escuela", un zoquete, y el amor como solución.
Por otra parte también considero que muchos de nosotros nos hemos visto en la misma situación del protagonista "¿Por qué tengo que hacer éste trabajo? Si no me va a servir de nada!" Quizás nuestro protagonista para reflejar hasta el extremo ésta frustración hace referencia incluso a su mortalidad, empleándola como excusa para no hacer sus deberes, "Total, si me voy a morir, ¿para qué hacerlo?". Recomiendo plenamente que la veáis, a mí me ha llamado mucho la atención.

JORGE BUCAY: EL ELEFANTE ENCADENADO 

REFLEXIONANDO SOBRE LA CAPACITACIÓN

En relación a la última sesión de grupos expertos, el mío en particular, el de capacitación Víctor nos propuso explicarla tirando de un cuento que yo ya conocía y que me encanta, aquí lo comparto con vosotros y os invito a la reflexión:

"Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante
siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces?
¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?».
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza...
Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que «no podemos» hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.
Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosostros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca.

Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos:
No puedo y nunca podré."